Puedo recoger la melancolía, como recojo la ropa tendida ante una tormenta inminente, pero no puedo, ni quiero.
Puedo dejar que mi corazón vuele, y se agite como el molino de viento que ahora mismo pasa ante mis ojos, aunque mi ser ya esta caminando al lado del mar.
Puedo envolver mi presencia con la tierra roja y fértil de mi nacimiento, aquí, en el campo donde nadie me conoce, y se quedo a vivir como un buen vino en la oscura bodega del instinto.
Estaba aqui , y aqui me quede a leer tu entrada .
ResponderEliminarCreo que de eso se trata , de tener mil facetas y tu alma libre !!! , de poder hacer mil cosas , cada una con su ritmo y tiempo .
Precioso relato de vos , te hace conocerme un poquitito y me gusta lo que leo .
Ahora si te dejo un beso y me voy que es hora del almuerzo por aqui y la vida en casa me reclama .
Nos vemos , chau chau .
Claro Lilian, somos personas con muchas vidas vividas, y de cada una quedan montón de cosas en nosotras, podemos hacer y deshacer lo que queramos, pero sobre todo, no podemos quedarnos sin vivir todo lo que la vida nos depara, aun siendo doloroso.
ResponderEliminarDe nuevo gracias por tu comentario. Un beso
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ResponderEliminaresta asturiana te da infinitas gracias por concedernos el privilegio de ser testigos de tus bellisimas y sensibles letras , un besin muy muy grande princesa.
ResponderEliminarGracias a ti OZNA-OZNA, me siento contenta de verte y comentar mis entradas. Un beso.
ResponderEliminarpues besitos y buen principio de semana lolaita miaaaa
ResponderEliminarGracias hadama, también para ti te deseo una semana... fantástica. Besos.
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