LAS ROSAS
Yo tuve que aceptar que decir te quiero solo era cosa del
instante, porque un te quiero para siempre es relativo, depende de quién te lo
diga…
Tuve que aceptar que no llegarías a mí, pero mientas duro
fuimos dos seres en uno, un solo pensamiento, un solo día, un sueño en la
noche, un para siempre dicho entre los dos.
Yo supe aceptar el adiós sin que llegase el hola… pero el saludo
era lo de menos, si que era importante el adiós, el hasta siempre, el bórrame
de donde no quiero estar, por eso todo es relativo cuando se dice fuera de contexto,
anqué después la persona se marche, el ayer queda como una hermosa postal
recibida en un día de lujo inesperado.
Me dijo, abrí la puerta y allí estaba tu ramo de rosas
amarillas, dándome la bienvenida, no lo olvidare, porque después de que se
marchitasen, cada vez que entro a casa allí veo el hermoso ramo ya imaginado,
pero sé que jamás te irás, ni yo podre hacerlo, nos unen… las rosas.
Bueno a ver si a la segunda me deja jajaja
ResponderEliminarDecía que siempre habra algo que te recordara a quien estuvo en tu vida y aunque las rosas esten marchitadas tendrás presente lo que pudo haber sido y no fue o lo que hubieras querido que nunca será.
Cuidate mucho
Besotessssssssssssss
Un beso Lola.
ResponderEliminarMientras sigan en la mente esas rosas no acabará nunca esa unión.Besicos
ResponderEliminarEsos momentos quedan en el corazón y nada, ni nadie los borrará, Lola...El recordará las rosas amarillas y tu también, por eso os seguirán uniendo en el recuerdo, amiga.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo de luz por tu constante y entrañable inspiración, que nos va dejando tus mejores rosas...
M.Jesús
Esas rosas siguen igual que el primer día, en tu corazón.
ResponderEliminarBesos.
Un gesto lindo y muy romántico sería guardar una de ellas entre las páginas de un libro :D besitos Lola me encantó tu post.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestros hermosos comentarios. Un abrazo.
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