Un día, mi corazón se dará por vencido, dejara de sentir, de recordar, de vivir…
Un día, mi corazón dejara de amar, de oler, y de lamer, de llorar y de fingir, de sentir la soledad, y la entrega será completa.
Un día, gritare te quiero sin pensar en el ayer, sin sentirme castigada por el placer, y del deseo aun mas fuerte entre mis piernas.
Un día, desaparecerá la gente para ser yo solamente habitante de este mi mundo, para poder andar desnuda de sentimientos, sin miedos ni censuras, sin recuerdos y sin locuras, y seré feliz desde el cosmos.
Un día, alguien entenderá mis palabras sin hacerme preguntas, sin juzgar mis miedos, sin reírse de mis pensamientos, y vendrá sin equipaje de otras vidas, con la maleta libre de candados.
MUY ESPERANZADOR POEMA.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Hola Reltih, si amigo, es la esperanza para todos nuestros días, que va dejando palabras al viento, y vidas acercándose al otoño. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
ResponderEliminar¿Y mientras llega o no ese día...que vas a hacer guapa? da alguna pista, no seas tan reservada, jejeje un beso Lola, me gusta tu estilo.
ResponderEliminarEse día… rezare para que no sea el último.
ResponderEliminarYo También rezare mi querida Lola porque no sea el último
Un besote!
no será el último, debemos procurar que sea el primero de muchos. Un poema hermoso e intenso. Besos
ResponderEliminarAún consiguiendo ser habitante único de tu propio mundo, mucha gente tiene a inmiscuirse, a juzgar, a no molestarse en entender (si te preguntan ya puedes darte con un canto en los dientes), es posible que incluso a reirse de tus pensamientos, etc...
ResponderEliminarHabrá que aprender a vivir con todo el mundo, enseñando al mismo tiempo al resto del mundo a respetar esa parcela privada. ;)
Haces bien en no perder la esperanza, Lola. :)))
Besos.
Vaya ventanitaaaa..que tal?...de descanso mental durante dos meses..espero que vaya todo bien..yo ya estoy por los Urrutias aunque sigo trabajando...un beso desde una ventana de enfrente de la Manga...
ResponderEliminarHola alp, perdido te pensaba yo entre Jaimas y Bereberes, entre Bazares y Cuscús, y mira por donde, resulta que ya estas frente a mi ventana…
ResponderEliminarY aquí estoy como “la de Éboli” en la ventana, claro, ella solo salía una hora al día, yo alguno mas pero no creas, aquí estoy de ama de casa permanente, con la casa llena de gente, y yo ejerciendo de mamá “Arguiñana” usease en la cocina “to er día”. Así son los veranos de las madres, y más teniendo casa en la playa.
Pues me alegro “muncho “de verte, y me ha gustado tu visita, eres de ley y no te olvidas de tus amigos/as, asin debe ser. Un abrazo murcianico… desde el otro lado de tu ventana.
Hola marengo, que ese día solo es un escritoooooo, que no espero nada, que son solamente historias que escucho y yo escribo. Soy como el escriba del rey pero sin rey ni corona. A si es que te doy las gracias y te mando un abrazo grandote.
ResponderEliminarHola Patricia, en los días que se espera algo no llega nada, yo que solo vivo, el después lo dejo para cuando llegue, ahora lo importante es vivir. Gracias amiga por tus rezos, hoy como que me viene muy bien, (tengo un día…)
ResponderEliminarUn beso grandote mi niña.
Hola Ismael, un día es solo eso, hay muchísimos días para vivir intensamente, y yo no pienso dejar de vivirlos, pero solo es eso, un escrito. Muchas gracias por tus amables palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarHola * L*no difícil en mi caso sentirme bien, las entradas mías no son autobiográficas, solamente escritas por mí, las historias salen del día a día de los demás, de escuchar mucho y de hablar poco, y que el corazón señale las cosas importantes. Gracias por tu comentario. Un beso.
ResponderEliminarQue la llegada de ese día llegue pronto si eso te hace feliz......o quizá ha llegado y no lo has descubierto.Besotes
ResponderEliminarHola Charo, muchos besos y gracias por tu comentario amiga.
ResponderEliminarEste es otro enorme poema y da también en el corazón del sentimiento que nos habita consistente en querer desprendernos de todos los condicionamientos y Ser, así con mayúscula, irradiarnos libres, desnudos y plenos, en el cosmos, confundirnos con su sustancia. El miedo de que ese no sea nuestro último día, el que se identifique con la muerte, es lógico, sin embargo, ese sentimiento de distensión absoluta es lo que más se acerca a la sensación de la nada, a la nihilización de todo. Lo repito, escribes muy bien porque tu tema se transparenta, desborda, llega. Un beso
ResponderEliminarHola Amílcar, hay que ver cuántas veces nos sentimos tristes y abandonados aun estando rodeado de personas…
ResponderEliminarSerá que el corazón decide por quien sufrir, y aun rodeados de gente añora tanto a una persona que muere lentamente, aun respirando cada día.
Da salida a tu sentir, pero después de escribir olvida, y abre los ojos a un nuevo día, maravilloso. Un abrazo.