El amor llego un día inesperado de mi juventud, cuando ya empezaban a revolotear los sentidos, y más abajo del corazón… dolía.
Sin yo creerlo empezó el sentir de una rama rozando el suelo como un sauce llorón, que se mece lentamente, tanto que casi el árbol no lo nota, pero el sentir, ese lo nota todo, mientras despiertan las primeras primaveras.
Y surge así, sin darte cuenta de que ya te robaron el corazón, de que quedaste prendida de una mirada, y que de ahí saldrá todo tu todo.
¡Qué hermoso ser visitado por el amor! ¡Lástima cuandose va! Me encantó tu poema.
ResponderEliminarAbrazos
No se fue Antorelo…
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Un abrazo.
Hay visitas que son eternas. Como el amor verdadero, que cuando llega, suele quedarse eternamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
De todas las visitas, la del amor es la más inesperada pero a la vez la más grata.
ResponderEliminarBesos
Hola Jorge, si amigo, hay visitas que ojala jamás se marchasen, yo tengo esa suerte, el llego y… se quedo conmigo, toda mi vida, compartiendo todo lo suyo siempre ¡¡¡ qué suerte que aun me quiera!!!
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Un abrazo.
Hola José Manuel, sí que es una suerte recibir esa visita del amor, y si se queda con nosotros… lo mejor del mundo. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
ResponderEliminarTodavía recuerdo con nostalgia mi primer amor de juventud y a ve es pienso en lo que pudo haber sido y no fue.Besotes
ResponderEliminarEs bueno pensar en el ayer mientras eso no haga daño al corazón. Me gusta pasear por los días pasados, pero no quedarme enganchada en ellos. Un beso Charo.
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