Yo elegí a mi rey, yo
construí mi palacio en su cuerpo…
Fui reina y señora de su frio al principio, donde la pasión no
llegaba, y donde la nada me alcanzaba en cualquier momento, mi rey como casi
todos los reyes tenía mucho que hacer…
Fui el instante y rebeldía, cuando nadie le llamaba,
cuando el sol caía y se sentía solo, yo fui el lucero del alba dejando que se
acercase el sol para volverse a marchar.
Fui constancia, fui alimento, fui sueño, para al marcharse
dejar de serlo todo.
Me dejaba querer en sus noches sin sueño, y mis días de
torturas al marcharse, pero él era mi amor, y siempre lo supo, yo le quise así,
le quiero como es.
Nada estaba controlado, la dejadez del momento es lo mejor
que puede llega a la vida, cuando los años lo dulcifican todo, y la serenidad
se queda para siempre acompañando el alma.
Cuando se quiere tanto las preguntas sobran solo los sentimientos hablan con gestos y en silencio . Besicos Lola
ResponderEliminarPrecioso, amiga...Ser reposo del guerrero y llenarlo de fuerza y luz...Todo lo que damos vuelve, el universo mira y decide...Lola...Mi felicitación y mi abrazo grande por la entrega y generosidad de tus letras...
ResponderEliminarFeliz fin de semana, Lola.
M.Jesús
¡Me ha encantado tu entrada Lola, llena de sentimiento, pasión ...y dulzura!-
ResponderEliminarAndo superliada, y teneis que perdonarme si no visito a mis amigos todo lo que quisiera.
Un fuerte abrazo.
Rosi
Definitivamente, mucho que sentir.
ResponderEliminarSolamente el verdadero amor se engrandece con la entrega.
Abrazos, Lola y linda semana por comenzar
Muchas gracias por pasar y comentar mi entrada. Un abrazo.
ResponderEliminarEntrega total tu elección.
ResponderEliminarBesos
Gracias Jose Manuel po tu visita. Un abrazo.
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