EL FARO
Cuando llegue allí
arriba, me quedé mirando las piedras del acantilado, junto al faro y... te sentí.
Pensé cuando nuestras miradas se posaron entre
las olas, y hoy te busque allí pero no estabas, mi corazón se quedo triste y
terminó durmiéndose donde las miradas desaparecen y el viento susurra tu
nombre.
Y los abrazos llegaron a mí como la arena...
lentamente.
Bella y triste entrada Lola, espero que no esté basada en tu realidad.Besicos
ResponderEliminarQue feliz volver a verte y a leerte mi querida No te vayas más
ResponderEliminarabrazos
Lola, me alegra volver a leerte, amiga...Ese faro seguirá ahí iluminando la vida y el recuerdo. Es importante guardar los buenos momentos y darles salida de vez en cuando.
ResponderEliminarTe dejo mi abrazo y mi ánimo para que sigas escribiendo.