Yo me resguardaba de mis fríos dentro de tu pasión incontrolada, se estaba bien, era el paraíso de mis días, antes se había instalado el invierno en mis días, después todo fue como en un cuento.
Miraba su fotografía con su polo de color azul que a mi tanto me gustaba, su pelo rubio era un mar meciéndose entre mis manos que se habían olvidado de acariciar, y en mi cuello se ahogaban sensaciones jamás sentidas antes.
Me producía serenidad y meditación, dejar mi mente en blanco para que ningún pensamiento pudiese regalarme nada que no fuesen tus palabras, o tus silencios, porque simplemente tú eras la pasión de la juventud y el desespero.
Vivía detrás de la persiana verde de mis sentires, y esperaba mi alma enamorada detrás de mis ansias, siempre llegabas tarde pero llegabas, entonces sonaban las campanas de la catedral cuando era la hora de la misa vespertina, pero a mí su sonido me anunciaba tu llegada…
me ha gustado muchísimo el escrito de hoy Lola, eres una fuente inagotable de inspiración y no me cansaré de decírtelo.Besicos
ResponderEliminarGracias por tus escritos amiga, siempre buscando la sutil manera de lanzar sensaciones de vida al aire.
ResponderEliminarUna abrazo.
Me encanta ese "almacén de vida" que guarda tanto y tanto ofrece y regala...Una gozada leerte y sentir ese presente continuo, que renueva emociones y sentires...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo inmenso por tu buen hacer, Lola.
M.Jesús
Esta bonito sacar las conservas de la alacena, quien guarda luego puede ir tirando de ellas ejejej.
ResponderEliminarMuy guapo el sentimiento de hoy querida.
Besotesssssssssssss cuidate
Muy chulo Lola...este finde voy para tu tierra...un besazo desde Murcia....
ResponderEliminarPrecioso Lola,eres un fluir continuo de sensaciones, felicidades por tu buen hacer...
ResponderEliminarBesos Lola
Tienes muchas reservas por lo que veo.
ResponderEliminarEso está bien.
Besos.
Gracias a todos por venir a leerme. Un abrazo.
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