EN MIS LARGOS INVIERNOS
Fuiste mío en mis largos inviernos, en mis días sin salidas,
y en mis noches de búsqueda incontrolada.
Y te encontraba en mis pausas y en el ocaso, en mis
labios pálidos, y en mi mejillas ardorosas y en el milagro de tu sonrisa, que me lo
daba todo sin palabras, el fresco aliento se posaba cerca de mi cuello, en
un amar constante y a la vez doliente.
Nuestras citas jamás podrá recordarlas el río, el pasa y
recorre la vida, pero no se queda jamás en las mil primaveras que aun vivirás, pero lejos de mi.
Tu mar era el río, que recorrimos más de una noche, cuando el calor se
marchaba y solo quedaba el frío en nuestros cuerpos al separarnos… del todo.
Y así, siempre quise vivir en tus pensamientos y morir en los míos…
sin destino y sin final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario